La termografía sirve para estudiar la temperatura de un objeto determinado sin hacer contacto directo con el objeto para poder comprobar su temperatura. La termografía capta la información de forma inmediata volcándola en una base de datos que permiten realizar un seguimiento de la evolución de la temperatura. Esto podrá identificar el momento en el que surgen las anomalías.
Aplicación, utilidades y ventajas. La Termografía se aplica habitualmente para: • Mantenimiento predictivo de maquinaria industrial. • Mantenimiento predictivo en instalaciones eléctricas. • Detección de gases y fugas.
El análisis termográfico se basa en la obtención de la distribución superficial de la temperatura del objeto consiguiendo una mapa de calor en el que se visualizan puntos fríos o calientes en función de las anomalías encontradas.
Un estudio termográfico permite conseguir: Un mayor conocimiento de la instalación realizada en cuanto a su estado térmico. El estudio de los sistemas de distribución puede alertar de las pérdidas energéticas que se producen por un mal aislamiento, roturas o un engranaje incorrecto. Localizar fugas y puntos de actuación. Evitar interrumpir los procesos productivos. Reducir las operaciones de mantenimiento y los tiempos de reparación. Alargar la vida útil de los equipos. Conseguir descuentos en la póliza del seguro. Una mayor eficiencia energética.